Tengola certeza de que todo lo puedo en ti, de que soy un vencedor a tu lado y de que me das la fuerza para poder superar cualquier obstáculo y derrotar esa pereza que no me
Enrespuesta a todo esto, ofrecemos un plan en tres partes para combatir y superar el vicio de la pereza. 1. Recuerde santificar el día del Señor. Recientemente tuve la ocasión de releer la magnífica carta apostólica del Papa Juan Pablo II de 1998, sobre el santificación del día del Señor.
1 Duerme bien. Este es un paso fundamental. Nadie puede esforzarse en proyectos que son vistos como un “extra” de trabajo si la calidad del sueño ha sido mala o si no se ha dormido lo suficiente. En estos casos, lo normal es hacer lo mínimo para sacarse de encima las obligaciones que sí o sí deben ser atendidas inmediatamente, para
Sololevántate y ve tras tu objetivo en el mismo momento en que sientas el impulso. Se hace camino al andar. Ya sabes, deja de pensar y actúa. “Mantente lejos de la pereza y de las personas perezosas. Lleva a cabo tus labores, ya que cuando nos dejamos llevar por la pereza estamos en peligro de pecar”.
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